martes, 30 de noviembre de 2010

La Despedida. "Solo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor" (George Eliot).

Cami, participante de los talleres, comparte sus reflexiones.


"Siempre en mi…"

Si hay algo que no soporto son las despedidas… pero si miro para atrás… en mi vida… en mi historia hay muchas de esas… muchos cambios continuos …creo que en mis 21 años todavía no tengo recuerdo de que haya pasado más de un año sin algún cambio… chiquito, grande, no importa pero siempre algún cambio había y todavía los hay… las despedidas, viven en mi… ¡yo que no las soporto!… gracioso no?… Pero si es así porque siempre de alguien en algún momento me tengo que despedir… Por ejemplo cada vez que voy a San Juan o a Mendoza… cuando llega el momento de irse… hay que despedirse… yo se que los voy a volver a ver lógicamente si porque voy en las siguientes vacaciones… y en realidad yo digo no?? Si toda la vida desde que tengo conciencia viajaba a Buenos Aires a ver a mi papá o a Salta a ver a mis primos, tíos y abuelos… y si! cada vez que llegaba el momento me despedía y me iba y cuando era así lo sentía pero no se me hacía tan insoportable como ahora cada vez que voy a San Juan o a Mendoza… supongo que es porque en lo que tiene que ver con estas dos “Familias” que tengo es como que ya es casi una rutina ir visitarlos y despues despedirme y volver a mi vida de todos los días… pero el despedirse de los amigos eso no estaba antes y si cuando me fui a vivir a Mendoza cada vez que iba a San Juan y llegaba el momento de irme me tenía que despedir pero también era distinto porque yo sabía… que cualquier fin de semana volvía… ya que… las distancias eran mas cortas… las hora de viaje eran menos… y el pasaje mucho mas barato, claro!… Pero ahora eso ya no es así… ahora cada vez que voy y llega el momento de despedirme… se que… paso meses sin ir… que las distancias son mucho mas largas… que las horas de viaje son muchas más… y que el pasaje es mucho más caro… Por esta razón me paso seis meses sin ir… y se me hace insoportable la espera… y lógicamente el momento de la despedida también se me hace insoportable… creo que en esos momentos cuando tengo que despedirme me consuela saber que aunque tenga que esperar a veces muchos meses para volver… por lo menos tener la certeza de saber que vuelvo, eso me consuela… cosa que no quiere decir que igual no duela, doler duele igual… El desafío hoy es más grande… porque como para no perder la costumbre… y como para que siga siempre en mi… ahora vivo en un lugar en el que vienen personas de otros países solo por seis meses… la experiencia es hermosa… mi tema es cuando llega el momento de… despedirse… esta bien que antes de encariñarme con esa persona… cuando llego… yo sabía que en seis meses se iba… y que por obviedad el momento de la despedida iba a llegar… ya que no se puede detener el tiempo, ni congelarlo, ni rebobinar como si fuera una película, ni nada que se le parezca… Pero se me hace muy dificil porque si me pueden decir que hay Facebook, que hay mail, que hay chat, que hay skype y hasta que si compro una tarjeta para hablar al exterior hasta puedo llamarles… pero no eso no llega a consolarme del todo… porque sea como sea y aunque yo pueda decir si por ahí algún día viajo a visitarlos… pero la verdad es que quien sabe si la vida nos vuelva a cruzar?… quien sabe si algún día, en algún momento vamos a estar juntos de nuevo??… nadie me lo puede garantizar… nadie me puede dar su palabra de que nos vamos a volver a ver… esa es la gran diferencia… con lo que me pasa con mis amigos de Mendoza o de San Juan… a ellos se que aunque tenga que esperar seis mese para verlos, se que los vuelvo a ver y en un futuro cercano… pero aca en esto quien sabe?? Quien me puede asegurar que los voy a volver a ver??, O que puedo mantener la relación con tantos kilómetros de por medio??, se puede??… no la verdad es que eso no se sabe y que nadie me puede dar una respuesta segura de que tanta distancia no haga que esa amistad se acabe… se que igual van a estar siempre en mi porque lo que paso, lo que hicimos y todo lo que vivimos juntos va a permanecer guardado en los recuerdos y congelado el momento en las fotos y en cada cosa que diga de ellos y que eso es lo que mas vale… que nadie te quita lo bailado… pero ese es mi desafío hoy… vivir con eso enfrentar esas despedidas y superar el momento aunque no sepa que vaya a pasar despues… de todo se aprende toda experiencia vale… pero quiero tratar de entender que tienen conmigo las despedidas… mi historia esta llena de despedidas… aunque si lo pienso también hay muchos reencuentros… supongo que las despedidas ya son parte de lo que me hace ser yo… es algo que me identifica… y con lo que me identifico… Pero me dan miedo, incertidumbre, tristeza, siguen siendo un problema para mi… un problema que tengo que aprender a llevar… una historia que se repite una y mil veces en mi… y que como me identifica… y me identifico… las despedidas son eso despedidas… sueños de reencuentros… y una parte de mi con la que tengo que aprender a convivir…

domingo, 26 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

domingo, 8 de agosto de 2010

domingo, 18 de julio de 2010

Compartiendo experiencias... Cuento de Dani

Hubo una vez... una ardilla a la que todos llamaban Huellita; ella vivía con su familia en el árbol más alto y frondoso del valle. Era la más chiquita de su casa, vivía con sus padres y su hermana mayor a la que ella llamaba “señora gruñona”. Todos en los árboles vecinos la conocían por su simpatía y su agilidad para ir de un lado a otro a gran velocidad, siempre en búsqueda de aventuras, nuevos retos y de explorar ese maravilloso lugar donde vivía, que siempre tenia algo nuevo que mostrarle.

Una mañana Huellita se despertó sobresaltada, asustada y con lágrimas en sus ojos, sin saber por que. Varios días se quedo con esa sensación triste y amarga, y preguntándose una y otra vez que era lo que estaba ocurriéndole, porque se sentía así, y no encontraba respuesta. En uno de sus paseos diarios por el gran valle, se encontró con una gran elefanta vieja y muy sabia, a la cual decidió acompañar en su recorrido. Huellita era de hacer estas cosas, siempre hablaba con todos en su valle, le encantaba conocer animalitos nuevos, porque de todos aprendía cosas buenas y no tan buenas. En esta ocasión la elefanta la llevo a conocer su manada, a pocos kilómetros de su árbol. Al llegar, huellita se encontró con un panorama al que ella no estaba acostumbrada, había miles de elefantes uno detrás de otros caminando con la cara al piso, como si estuvieran tristes o enojados; Huellita, muy inocentemente le pregunto a la elefanta vieja “¿por qué están tristes los de tu manada?” a lo que su compañera de viaje respondió “no están tristes, están diagramando el camino por recorrer”. Huellita no entendía lo que eso era, entonces prefirió guardar silencio por un largo rato, mientras observaba con mucha atención el comportamiento de estos animalitos a los que no lograba comprender. Los acompaño por varios kilómetros en silencio aún, pensando e imaginando lo que podrían estar pensando estos elefantes. Luego de varias horas de caminata se dio cuenta que se ocultaba el sol y no había vuelto a su casa, sus padres debían de estar muy preocupados, entonces le explico a la elefanta vieja que se tenia que ir, y le prometió volver al día siguiente con mas ganas de conocer a su gente.
Al llegar a su casa, los padres la esperaban con la comida preparada, para que una vez mas, como todos los días, Huellita les contara su aventura del día… pero esta vez, eso no ocurrió, la ardillita prefirió seguir guardando silencio, comer rápido e irse a dormir para que llegue rápidamente el otro día, y poder volver a visitar a la manada tan extraña que había conocido.
Al comenzar el día siguiente, bien temprano Huellita salio de su casa a toda prisa como de costumbre, hacia el encuentro con la elefanta del día anterior. Al llegar al lugar no había ningún elefante, solo había marcas de que habían estado ahí, como ella los había visto. No entendía como la elefanta vieja se había ido si habían quedado en volverse a ver, se había ido sin despedirse, sin decirle donde volverla a ver y sin explicarle que era diagramar el cami
La ardillita triste y enfadada a la vez, se quedo por un largo rato sentada, observando todo el lugar, recordando el día anterior, dándose cuenta que había sido muy distinto a todos los demás, no había tenido nada de divertido, como todas sus excursiones, pero sí le había resultado sumamente interesante.
Al estar ahí, en ese lugar tan puro, limpio de toda maldad, sin nadie a su alrededor, con solo el sonido de los árboles, trajo a su mente las imágenes más llamativas de esa extraña manada, recordaba sus caras al piso, sus pasos firmes y su hermandad entre ellos. Pensaba en la elefanta, en donde estaría ahora y como seria su vida en ese recorrido, pero no la preocupaba, porque sabia que estaba muy acompañada por los demás elefantes.
Huellita se moría de ganas de correr en busca de esa manada, quería ver a donde iban, que harían, y saber por qué lo hacían; pero una vez mas su día llegaba a su fin y tenia que volver a su casa, donde la esperaba su familia.
Con la cabeza agacha y con un sabor amargo en su boca, volvió a su casa, no sin antes mirar hacia atrás y observar una vez más por si volvían a aparecer esos maravillosos e interesantes elefantes. Al acostarse esa noche, lloró, lloro mares de lágrimas por horas, no comprendía porque se habían ido, si recién llegaban, de hecho ella los había conocido y acompañado un tramo de ese camino que estaban haciendo. Cuando logro calmarse, pudo empezar a desmenuzar su tristeza y comprender que ellos estaban de paso, que no venían para quedarse para siempre, sus metas estaban mas allá de lo que los ojos permitían ver, y su hermandad entre ellos les permitía no frenar ante nada para lograr llegar a ese fin, que quien sabe cual era, quizás un lugar, quizás el encuentro con otros elefantes o quizás simplemente una manzana, pero su meta al fin.
Se había dado cuenta que la vida estaba pasando a su lado, y ella sin querer la estaba dejando pasar… de nada le servia hacer todos los días lo mismo, y no ir mas allá en su búsqueda y ganas de explorar, era hora de pegar el gran salto, de empezar a recorrer y diagramar su camino, como habían hecho los elefantes. Comprendió al fin, que su cabeza agacha era propia de quienes estaban pensando, imaginando e ideando ese camino que estaban haciendo, sabían su meta pero no el camino, lo iban haciendo a medida que lo recorrían. Huellita entendió entonces que como los elefantes ella tenia que empezar a recorrer su camino, hacia su propia meta, de nada le servia ya observar a los demás si no se observaba a si misma, y comprendía cual era su fin. Y así fue como Huellita empezó a dejar Huellas en su camino, firmes, seguras y con un fin concreto que ya no se basaba en ir de aquí para allá tanteando, sino en ir hacia allá, con seguridad de lo que quería.
Y fue entonces, donde la ardillita se dio cuenta que ese despertar sobresaltado y esas lagrimas en los ojos, eran el despertarse a una nueva etapa, la de crecer, y convertirse en una gran ardilla roja, fuerte y la más grande de su especie. Y esos sentimientos que había vivido con la elefanta habían sido propios del crecer y del desprenderse de los demás para caminar su propio camino.

Y colorín colorado, esta ardilla se a encaminado…

martes, 6 de julio de 2010

Experiencia compartida por Cami

Miedo a perder...

No se que me pasa bueno en realidad si solo que me cuesta aceptarlo porque me da MIEDO, tengo TERROR a abrirme de DISFRUTAR de los buenos AMIGOS que me estoy haciendo y que por alguna razón despues me tenga que ir… me da MIEDO PERDER. Las veces que tuve que DEJAR me LASTIMO tanto me DOLIÓ tanto que ahora por ese MIEDO me ENCIERRO, me meto en mi BURBUJA, me armo un MURO para NO DEJAR que nada entre del todo en MI CORAZÓN y extraño cosas que en realidad nunca fueron del todo ciertas, pero también extraño muchas personas que me han demostrado que SE PUEDE CAMBIAR y DEJAR cosas en OTROS LUGARES que si de verdad TE QUIEREN igual están SIEMPRE y que me quieren COMO SOY solo por el hecho de ser yo CAMI.

Pero curiosamente el MIEDO sigue ahí y eso ME DUELE y ME LASTIMA. Cuando lo pienso ME DA BRONCA porque es tan lindo lo que ENCONTRE en Buenos Aires, encontré una CASA en la cual me siento BIEN, los siento mi FAMILIA, a pesar de que es una pensión y somos todos de DISTINTOS LUGARES y con HISTORIAS DE VIDA muy DIFERENTES pero aún asi los siento MI FAMILIA y eso también me lo gane por el solo hecho de ser yo CAMI. Encontré lo que me gusta y me di cuenta de que si QUIERO y me ESFUERZO, PUEDO y me SALE y lo DISFRUTO. Encontré un grupo al que le gusta lo mismo que a mi CANTAR ACTUAR BAILAR y que se ESFUERZAN y DISFRUTAN estar ahí tanto como yo, de los que cada clase APRENDO algo y los que también me QUIEREN y me tienen en cuenta solo por ser yo CAMI y yo se que si me ABRO AL 100 POR 100 A ESO, voy a encontrar en ellos AMIGOS DE ORO y también se que no lo hago por MIEDO a encariñarme demasiado y tener que DEJARLOS después por MIEDO A PERDER.

Pero la verdad es que pensando lo bien NO ME LO QUIERO PERDER, QUIERO VIVIR Y DISFRUTAR de eso que por el solo hecho de ser yo CAMI me lo gane y NO ME PUEDE GANAR EL MIEDO, NO PUEDE!

“NO POR MIEDO A ERRAR VAS A DEJAR DE JUGAR…”



lunes, 21 de junio de 2010

"Como seres humanos nuestra grandeza,
se haya no tanto en ser capaces de cambiar el mundo,
como en ser capaces de cambiarnos a nosotros mismos"

M. Gandhi

domingo, 13 de junio de 2010

"Mi tierra Querida, Mi tierra Adorada". La Nostalgia al migrar

Ante la decisión de irse a vivir a un nuevo lugar, en mayor o menor medida, la persona se va transformando por la experiencia.
Esta nueva etapa, conlleva una enorme cantidad de pérdidas. Pérdidas que son parciales, porque en cierta medida uno sigue en contacto con lo que se dejó atrás: familia, amigos, lugares, adolescencia, etc.; dando lugar a una serie de sentimientos y estados muy diversos. Desde sentir confusión, enojo, decepción, nostalgia, alegría, sensación de libertad, esperanza, pérdida de identidad hasta inseguridad de uno mismo. Las circunstancias que acompañaron la partida, los recursos con que cuenta la persona, su vulnerabilidad, la red de apoyo que tiene, el modo en que ha vivenciado las perdidas pasadas y cómo se maneja ante el cambio, son algunos de los factores que determinarán su adaptación o no al nuevo lugar.

En el tránsito de este cambio se atraviesan diversas etapas, siendo una de ellas la valorización de todo lo bueno del nuevo lugar, algunos autores la llaman la “etapa de luna de miel”. Luego hay un segundo momento del proceso, en sentido inverso, en donde se extraña, se idealiza lo que se dejó, y es acá en donde se necesita de la fuerza interior y del equilibrio para continuar adelante y llegar a la próxima etapa que tiene que ver con una integración. La última etapa es la que posibilita conectarse de forma verdadera con la nueva cultura, hacer amigos, estar informado de las noticias del lugar, va recuperando su seguridad, su autoestima y su capacidad para valerse por si mismo.
Si bien estas etapas del proceso migratorio no son lineales, generalmente todos las atraviesan de alguna manera y hasta a veces coexisten.
En esa segunda etapa, en la que voy a focalizar este artículo, suele aparecer un intenso sentimiento de Nostalgia.
Se define con el término de nostalgia a aquel sentimiento, casi siempre acompañado por un fuerte dejo de tristeza o pena. Se produce cuando aparece el recuerdo de algún bien, momento, lugar pasado o ser querido que por supuesto no está presente, o se ha perdido.
Milan Kundera, famoso escritor la define como el dolor de la ignorancia, del no saber. “Tú estás lejos y no sé en qué has cambiado. Mi país está lejos y no sé que está pasando allí… “
“La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar”.
En un taller que coordiné hace algún tiempo donde se trabajó la temática del miedo , muchos participantes lo trajeron asociado a temas tales como el no ver crecer a su sobrina que vive en el lugar de origen, el miedo a que le pase algo a un ser querido y estar lejos, miedo a la enfermedad de ellos. Sentimiento vinculado a la imposibilidad de estar y ser testigos de la evolución de los seres queridos que están a distancia o de no poder ver cómo cambia su lugar.
También existe la nostalgia por quien se fué allá y entonces, por quien se vuelve a ser cada vez que se vuelve al lugar, nostalgia por los olores, los lugares, las costumbres, las miradas. Dijeron sentir nostalgia por el hecho de llegar rápido a algún lugar, dadas las distancias cortas, la nostalgia por las frutas que en el nuevo lugar no se consiguen, etc.
La nostalgia transporta al pasado, sosteniendo ese recuerdo tan amado, tan fundante que dio seguridad en un momento, que dio existencia.
Es a partir de este sentimiento que el migrante, muchas veces arma una subcultura en el nuevo lugar que lo recibe, como un modo de traer al presente algo que ha dejado atrás. Y que al mismo tiempo, eso que resiste soltar es lo que lo sostiene.
Es una etapa en la que se idealiza el pasado, ese recuerdo cobra más tonalidades e intensidad que en el mismo momento en que fue vivido. Hay una distorsión de la percepción, una sobrevaloración de lo positivo y negación de lo que se considera negativo.
Existen lugares que reúnen a gente de determinados zonas, como por ejemplo, barrios, bares, plazas, peñas de folklore, donde cantan, guitarrean, comen comida casera, uno se encuentra con quienes comparten las mismas costumbres, valores y muchas veces provenientes del mismo lugar.
Estos espacios que los convocan son nutritivos en un inicio y sirven de puente entre ambos lugares, facilitando la transición siempre y cuando uno pueda incluirse también en la nueva ciudad.
En algunos casos, se juega “un como si” estar en el presente, cuando en realidad, una tremenda fuerza arrastra hacia lo perdido, sin poder soportar el dolor de la ausencia.
Este sentimiento de nostalgia, muchas veces se acompaña, de somatizaciones en el cuerpo, como ser: opresión en el pecho, dolor de estómago, nudo en la garganta; además de sentimientos de soledad, desesperación y ansiedad.
Si la nostalgia se cronifica y la persona llega a considerar que el pasado fue mucho mejor que el presente, conlleva otras dificultades. Por ejemplo, la limitación de poder abrirse al nuevo lugar, a nuevas personas, vincularse de una nueva manera. Y en los peores casos se transforma en un estado depresivo.
Algunos de ellos, pasan años con la sola idea de volver a su lugar natal, sin ni siquiera explorar nuevos espacios o de hacerse nuevos vínculos y mientras tanto lo transitan con mucho sufrimiento y poca conciencia.

En gestalt se entiende que los problemas humanos surgen de una interrupción o fijación en diferentes momentos del proceso de figura/fondo. Entendiendo por figura, aquel interés o necesidad inmediata que capta toda la atención pasando el resto de la información a un segundo plano, al fondo o contexto del campo organismo/entorno.
Cuando el individuo tiene una figura clara, organiza su comportamiento para satisfacer su necesidad. Una vez logrado pasa al fondo cediendo el sitio para que una nueva necesidad más importante emerja en el ahora.
De esta manera el fluir del proceso figura/fondo, permite que el organismo se autorregule y continúe creciendo.
En la experiencia del vivir se acarrean figuras incompletas e interrumpidas del pasado que aparecen recurrentemente en un intento de ser completadas. Al mismo tiempo que no se deja que algunas figuras mueran, se completen, para que pasen al fondo y dar lugar a nuevas.
Algunas personas se aferran a determinados roles, y definiciones de cómo son, a recuerdos y a cómo deberían ser las cosas, generando una rigidez en el pensamiento, en el sentir y accionar. Es así, como se alejan cada vez más de la experiencia del aquí y ahora, e impiden que emerjan nuevas figuras del fondo, que llevaría a un estar más espontáneo y libre.
Cambiar de contexto, como irse a vivir a un nuevo lugar, es una oportunidad para que el fondo aparezca abriendo espacio a nuevas figuras.
No quiere decir que uno se olvida de donde vino, ni quien era, sino el hecho de pasar al fondo algunos recuerdos da lugar a que nueva información y experiencias aparezcan del contexto. Quedando lo conocido en el fondo disponible para ser utilizado.
Para ello, uno tiene que estar dispuesto a correr el riesgo de soltar aquellas figuras que dan seguridad y abrirse a la novedad del fondo del organismo/entorno.
Tobin define a una persona íntegra como alguien “vivo”, que es congruente entre su cuerpo, su mente y sus sentidos. Se siente libre, sabiendo que es él quien elige y se siente responsable de lo que le sucede. Existe sensorialmente en el presente y en vez de percibirse a si mismo como una cosa fija, se percibe como un proceso y puede fluir libremente.

El sentimiento de nostalgia es inevitable en el proceso de migración, mas/menos al alcance de la conciencia, pudiendo llevar a una depresión alejándose cada vez mas del presente o abriendo la percepción a que nuevas figuras surjan del fondo, en un continuo fluir figura/fondo. Expresar este sentimiento facilita transformarla en una energía cooperadora.
La posibilidad de estar en contacto en el presente, es lo que permite recuperar la libertad y creatividad para transformarse en el “ahora”, logrando una integración, un estar verdadero con el lugar y consigo mismo.


Bibliografia
• Perls Frederick, Hefferline R. y Goodman Paul. TerapiaGestalt: Exitación y crecimiento de la personalidad humana. 1994. Ed. Centro de Terapia y Psicología.
• Perls F., Van Dusen W., y otros. Esto es Gestalt. 1999. Ed. Cuatro Vientos.
• Achotegui, J. Emigrar en el siglo XXI. El síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple síndrome de Ulises. Ed. El mundo de la mente.



El pasado 3 de Mayo, se reglamentó la Ley Nacional de Migraciones 25.871 que reemplazó a una anterior decretada por la última dictadura militar.


“La ley y su reglamentación constituyen un avance significativo en materia de derechos humanos de los y las migrantes. La reglamentación era una deuda pendiente que finalmente está saldada. Los avances de esta ley respecto a la anterior son significativos: se reconoce el derecho a migrar como esencial e inalienable de la persona; se garantiza el derecho a la educación y a la salud, sin importar la situación migratoria y se exige a los docentes y médicos no ya denunciar la irregularidad sino la obligación a ayudar a los inmigrantes a regularizar su situación. Pero además, la ley y su reglamentación garantizan el efectivo control judicial respecto de la razonabilidad y legalidad de cualquier medida dictada a su respecto por la autoridad de aplicación. Estos son sólo algunos de los tantos avances en materia de garantía de los derechos humanos de los migrantes que establece la ley y que a partir de la reglamentación otorga mayores herramientas a los funcionarios para garantizar esos derechos”, señalaron desde la OIM. (Organización Internacional para las  Migraciones)


Bajo los criterios de esta ley la Dirección Nacional de Migraciones estableció el plan Patria Grande, para ciudadanos del Mercosur, que lleva regularizada la situación legal de unos 736 mil inmigrantes, según la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), desde el 2004 al 2009.


Decreto Reglamentario de la Ley Nacional de Migraciones

sábado, 5 de junio de 2010

domingo, 4 de abril de 2010